Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, por eso debemos cuidar la calidad de nuestro descanso. Te contamos las cómo puede influir en tu descanso el tipo de colchón.

1- Dormir poco aumenta el riesgo de patologías cardiovasculares, ya que provoca la disminución de la temperatura corporal basal, que es la que se encarga de que el ritmo cardiaco sea constante, esto influye en la aparición arritmias o paradas cardio-respiratorias nocturnas.

2- Además, aumenta el riesgo de acumular grasa en las paredes de las arterias o arteroesclerosis 

3- Dolores de espalda y problemas en la columna vertebral. Dormir en una cama con un colchón abollado o hundido nos causará dolores musculares y es nefasto para la espalda. Es debido a que nuestra columna vertebral se dobla y los músculos de alrededor se tensan. Esto ca como consecuencia la lumbalgia.

4- Se alteran los patrones de sueño. Si dormimos sobre un colchón viejo y desgastado vamos a dar más vueltas en la cama porque aunque nosotros no nos demos cuenta nuestro cuerpo notará que está incómodo. Como consecuencia, cuando nos levantemos de la cama al día siguiente nuestro cuerpo estará fatigado porque no ha habido un buen descanso.